domingo, 28 de octubre de 2012

CÓMO DEJÉ DE PERSEGUIR MIS PESADILLAS

 He estudiado que pasaba dentro de mí, aunque ahora me cueste aceptarlo la inseguridad en mí cuando era estudiante era evidente, ahora pienso que el miedo al fracaso da muestra de no creer en uno, en subestimarse, en creer que no vas a poder con equis situación. 

 Salí del liceo sin una idea clara de lo que quería ser y eso me marcó, sentía que pasaba el tiempo y yo no conseguía mi talento, algo que me apasionara, una profesión en la que pudiera pasar horas sin importarme, porque simplemente estaría realizando lo que me encantaba, me aterrorizaba de sólo pensar en mi futuro, Me imaginaba cualquier cantidad de cosas.

 Es ilógico, yo era muy joven, por qué pensar de esa manera tan negativa, si en esta etapa de la vida es cuando las personas creen que lo pueden lograr todo, que pueden cambiar hasta el mundo. En mí no existía ese espíritu de la juventud que te hace ser innovador, decidido, arriesgado y miles de cosas más. 

Al fin entré a la universidad, un instituto universitario, no puede ser, no me gustó la carrera, no era lo que pensaba, me sentí súper mal. Aun estudiando esa carrera que no me gustaba, llegué a la Comunicación Social por error, iba a inscribir Derecho pero no había cupo, entonces inscribí Comunicación, así fue como inicié en este camino. 

 Si me estaba preparando para el futuro por qué continuaba ese miedo, pues mi inseguridad había incrementado, me había equivocado al elegir la primera carrera y si sucedía lo mismo con esta otra carrera. Qué iba a pasar, qué iban a pensar mis padres, mi familia. 

Pues ahí está unos de mis tantos errores, me preocupaba más por lo que pensaban los demás que en hacer lo que me gustaba, lo que quisiera, cualquier cosa loca pero que me hiciera sentir bien.

 Lo antes mencionado ligado a que la nueva universidad en la que ingresé a estudiar enfrentaba una gran campaña de desprestigio, realmente era una tortura para mí. 

Mi papá me dijo que no dejara que opiniones de terceros influyeran en mí, por eso continué en la universidad para saber si era realmente malo el sistema que se desarrollaba en esa casa de estudio, pues ya sabía cómo funcionaba el sistema privado, entonces podía contrastar, este nuevo sistema aceptaba a madres con sus bebes, eso me sorprendió, impensable en el otro sistema, los profesores se involucraban más con los estudiantes, me parecía realmente extraño, busqué los pensum de Comunicación Social de otras universidades y comparé, eran muy parecidos, solo en algunas materias se diferenciaba un pensum de otro. La universidad tenía fallas, sí, era una universidad que estaba naciendo frente a unas que tenían una historia de décadas  impartiendo clases.

 Luego de darme cuenta de la farsa de la campaña, comencé a defender mi casa de estudios, opositores al Gobierno afirmaban que los egresados de la universidad en la que yo estudiaba eran ineficientes, eran mediocres y cualquier insulto que se les viniera a la mente eso éramos para ellos, mi propia familia una tía en una oportunidad me dijo que los egresados de esa institución eran TAPAS AMARILLAS (aquí en Venezuela se les denomina así a algo que no es lo suficientemente bueno, algo que es una copia de mala calidad). Ella es opositora a las políticas del Gobierno, odia a Chávez, por qué no preguntarme mejor cómo era el sistema implantado en esa universidad, por qué no me dijo si había una falla en alguna catedra buscara información alterna en una biblioteca o por internet, era como una rabia porque al estar yo ahí, estaba apoyando la gestión del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, a ella no le importó lastimarme, ella sólo pensó en lo que se decía, que la universidad era mala, en el odio contra Chávez, odio, alimentado por los grandes empresarios de medios de comunicación que buscan que pensemos que nuestros intereses son los de ellos. 

Yo desperté, reaccioné de ese miedo que me llevaba a lo que le temía, el fracaso. Ya sabía que si me esforzaba conseguiría lo que quería. Pero había algo que me preocupaba, no todos las personas que estaban en el Gobierno de Hugo Chávez pensaban como él, todavía, lamentablemente hay personas que trabajan no por el bienestar del colectivo sino por su propio bienestar, eso hace que el proceso de cambio en Venezuela sea más lento, que personas que creían en el proceso que plantea Hugo Chávez se decepcionen, muchos trabajan para quedar bien con Chávez en una transmisión, no para quedar bien con la población. Las llamadas palancas (personas que ayuda a otra a ingresar a una organización saltándose todos los reglamentos) esto lamentablemente abunda. 

 Yo ya no era la misma y como lo mencioné en mi primera entrada comencé a realizar pasantías para adquirir experiencia y de esta manera contribuir con el proceso de cambio que vive Venezuela. 

Por un momento de mi vida perseguí mis pesadillas y no mis sueños eso hizo que estuviera sumida en pensar cómo iba a ser mi futuro y no trabajando para garantizar un buen futuro, teniendo un país con oportunidades de participar, de opinar, de formar parte del cambio político económico y social de Venezuela.

 No desperdicies tu vida escuchando comentarios mal sanos o con miedo de afrontar la realidad, eso te llevaría a ser miserable por el resto de tu vida, demuestrales lo equivocados que están.